Para poner un poco en contexto el poco pudor con el que cuento mi vida, les platicaré cómo comencé a ventilarme públicamente.
En Septiembre del 2001, alrededor de una hora después de los atentados en EU, sentí una gran necesidad de expresar lo que pensaba al respecto, así que escribí mis ideas y las mandé a algunos de mis contactos de mail. No la mandé a todos los contactos, sólo a aquellos a los que pensé podrían interesarle y pudieran no sentirse invadidos por mi mail. Desde ese día me sentí cómoda expresándome por mail, así que continué escribiendo sobre lo que iba sucediendo en mi vida, las opiniones que tenía al respecto de cada situación, así como mis pensamientos sobre cualquier tema que me inquietara.
De eso ya casi han pasado 10 años, la lista se ha modificado (unos más, unos menos), pero ese espacio, al que le llamo Cobimail, y la Cobicomunidad (todos los contactos contenidos bajo el nombre Cobimail) son parte importante de mi vida. Es el lugar en el que me desahogo, me quejo, platico de las cosas buenas que me suceden, etc. También los miembros forman parte activa, ya que en ocasiones sirve como medio para publicitar casa, coches o cualquier cosa en venta, en otros casos piden ayuda para su chamba o también mandan información que consideran importante.
Fue así como después de casi 10 años, y algunos escritos, me decidía a abrir este blog.
El tema de esta entrada es referente a mi cumpleaños 37 que fue hace casi un mes. Cada cumpleaños y fin de año (aprovechando que son fechas con 6 meses de distancia), hago una reflexión sobre la forma en la que mi vida ha avanzado, o se ha detenido, en todos los ámbitos que considero importantes. También hago compromisos personales, establezco metas que quiero alcanzar. Una vez decididos los puntos, los mando a la Cobicomunidad, de esta forma he podido medir la evolución que he tenido en la vida. Para mí es un ejercicio muy enriquecedor y quiero compartirlo con aquellos que sin conocerme me leen.
La reflexión de este año 36 años es muy breve, fue un año de fuerte trabajo personal para reconstruirme. Hoy me da satisfacción cerrarlos con nuevos aprendizajes emocionales que me han dado madurez personal. En pocas palabras, terminé un diplomado de coaching, abrí mi blog, me hice el hábito del ejercicio, tengo estabilidad laboral, he empezado a solucionar broncas emocionales que traía colgando desde hace muchos años, me abrí de nuevo al amor y pude retirarme sin dramas cuando reconocí que el panorama no pintaba bien para mí, para ahora lanzarme en una loca aventura romántica que ya veré si me atrevo a contar en voz alta.
Pasando a los compromisos, estás son mis metas para los 37 años:
1) Cumplir un reto que nos mandó mi amiga Jessica (amiga y compañera de trabajo). El reto consiste en pasar 21 días sin expresar queja alguna. ¿Se oye fácil no? Pues déjenme decirles que llevo 13 días intentándolo y está “pelón”. La idea es traer una pulsera en la mano que sea, cada vez que se me olvide y exprese una queja debo cambiar la pulsera de mano. De esta forma la pulsera debe pasar 21 días en la misma mano, lo que significará que logré cumplir con el reto.
Lo que espero lograr al no expresar quejas es centrar mi atención en las cosas positivas a mi alrededor y modificar el hábito de la queja por el de la propuesta positiva para las situaciones que se presenten.
2) Escribir todos los días 5 cosas que agradezco que me hayan pasado durante el día. Esto es para continuar en la onda de conectarme con la buena ondez del universo. Comencé a hacerlo unos días antes de mi cumpleaños, llevo ya varias páginas llenas de cosas buenas que me pasan todos los días. Gracias a este nuevo hábito, puedo decir que el día está lleno de cosas buenas, sólo hay que ponerles más atención que a las “malas”.
3) Terminar de pagar mis deudas. Esta meta me viene persiguiendo desde hace dos años, pero bueno, ahí voy. Hace un año tenía 4 tarjetas de crédito que saldar, logré liquidar 2, así que este año voy por las que me faltan y ¡habré cumplido! Si he logrado disciplina en áreas que me costaban más trabajo, como por ejemplo, la comida y el ejercicio, disciplinarme en temas financieros será sólo la continuidad de un proceso interno.
4) Quitarme un tatuaje que tengo en el tobillo derecho. A los 16 años decidí tatuarme una cruz pequeña. El significado cuándo me lo hice era recordar el sufrimiento de Jesús para lograr la armonía (de chiquita quería ser monja ¿qué les puedo decir?). Literal, solía llamar al tatuaje “mi personal Jesus”. El caso es que ya no considero el sufrimiento como una forma de alcanzar la “Gracia”, entonces ya no necesito ese símbolo que nació con ese significado. También lo hice por rebeldía y pues a estas alturas de la vida tampoco está uno para seguir de rebelde o revolucionario, ji, así que el tatuaje se va.
5) Veo mal, miopía, hipermetropía y astigmatismo, o sea, con un ojo de cerca, con otro de lejos y con los dos borroso. Obviamente debo usar lentes, la cosa es que no me encanta, y esto es un asunto meramente estético, así que evito usarlos a menos que sea absolutamente indispensable. Entre semana, una vez que comienzo a chambear, los traigo todo el día, pero en fines de semana y vida social no, cosa que no me ayuda mucho porqué si veo mal. Mi meta es hacerme el diagnóstico para la operación y, sí soy candidata, operarme.
6) Continuar con el gimnasio y…… ¡marcar mi abdomen. ¡Verdad verdadera que lo lograré! Tengo todo un año para lograrlo, y sí le pongo un poco más de disciplina no debe ser imposible. Aunque claro, con la edad pues el cuerpo no es igual, pero bueno, esa es la meta, veremos qué es lo que alcanzo.
7) Ver las galaxias en su plenitud. Echar un vistazo al pasado, ver lo que sucedió en el universo hace millones de años….o sea, ir a un observatorio para ver el cielo. Organizaré un viaje a un lugar despejado y libre de contaminación visual para echarme un clavado por un telescopio.
8) Organizar otro viaje de fin de semana para dar una vuelta en globo aerostático. Tengo muchas ganas de ver amanecer metida en una canasta, a varios metros del suelo, con un buen paisaje por compañía. Claro que me encantaría hacerlo en Capadocia, pero con que pueda hacerlo en Hidalgo estará bien.
9) Seguir estimulando mi cerebro. El año pasado me llené de actividades extracurriculares porque tenía la necesidad de mantenerme ocupada. Este año lo haré con calma y por puro gusto. Tenía algunas vagas ideas de qué hacer, pero lo que más me late es tomar otro taller de creación literaria. En caso de que no encuentre uno que me guste, ya veré con qué cosa nueva estimulo mi mente.
10) Mantener una actitud positiva sin importar qué cosas me muevan el suelo este año. Siempre lo digo y lo confirmo, no puedo controlar lo que sucede en mi vida, pero definitivamente sí puedo controlar la forma en la que enfrento los sucesos, así que empiezo estos 37 años con mi mejor sonrisa.
Let´s rock those 37!