martes, 19 de noviembre de 2013

Me niego a botoxearme la vida

Antes de que mis ideas empiecen a correr, quiero pedir una disculpa a aquellas personas que amablemente buscan mi blog cada mes. Gracias por sus comentarios y espera, me motiva a seguir escribiendo mis “forevereadas”.

Vayamos al punto. Como siempre, este es mi muy personal mío de mí punto de vista. Respeto a quienes piensan diferente, sólo expreso mi opinión sobre el sensible tema ¡BOTOX!
Cada vez escucho más y más voces femeninas a mi alrededor mencionado la idea de ponerse, ponerNOS o que se han puesto botox para eliminar, disminuir o ¿prevenir? arrugas, mi respuesta siempre es la misma, no pienso ponerme botox en la cara así tenga 60 años de edad por varias razones:
   
   1) Me ha costado mucho trabajo, emociones y demás aprender a quererme tal como soy y sentirme bonita. Cada vez las mujeres estamos más  “exigidas” a cubrir cánones de belleza que no hacen felices a nadie. Cánones de mujeres que ni siquiera existen en la realidad. Nos comparamos respecto al ideal de belleza con modelos, actrices y figuras públicas que son photoshopeadas que da gusto, para después ser exhibidas en el antes y después del photoshop que sólo pone de manifiesto su realidad como mujeres de carne y hueso que son satanizadas si lo muestran en público (Ufff, ¡qué agotador debe ser!). ¿Qué se supone? ¿Qué después de los 20 años tengo que sentirme mal siempre sobre mi físico y estar el resto de mi vida simulando que el tiempo no pasa por mi cuerpo, incluida mi cara?

   2) El tiempo sí pasa por mí, y así como deja arrugas, canas, estrías, celulitis y flacidez, también ha dejado la madurez emocional y mental para amarme tal como soy, para no avergonzarme de mí por no ser “perfecta”. Cada señal que ha quedado en mi cuerpo, cada marca en mi cara me hace estar orgullosa de quién soy y quién he sido, no necesito esconderlo. Eso es algo que sí podemos hacer todas las mujeres, aprender a gustarnos y a querernos para no caer en la tentación que la industria cosmética nos pone todos los días ofreciendo espejitos de juventud. No hay nada, pero NADA que dicha industria pueda hacer para evitar que mi piel envejezca más que aprovecharse de mis traumas e inseguridades para convencerme de que debo inyectarme una sustancia que inmovilizará o extenderá mi rostro en contra de la naturaleza.

    3) La bronca será cuando una vez enganchada en mi inseguridad de el primer paso y por fin me ponga botox o cualquier otra sustancia inyectada, embarrada, mezclada con mi sangre o tomada. Una vez dado el primer paso esa zona estará tensa por un tiempo, pero el reloj seguirá su curso, Tic-Tac-Tic-Tac, entonces empezaré a fijarme en otras zonas que también están transitando por el natural paso del tiempo y ¡PUM! otro pinchazo ya van dos zonas. Pero lo peor lo peor lo peor es cuando deje de tener conciencia de mi misma y empiece a reconocerme en el gesto semi inmóvil, entonces comenzaré a perder perspectiva de mi imagen y ¡PUM, PUM, PUM! pinchazos por donde sea. Revisando siempre una nueva arruga, una nueva marca; en fin, enganchada en una guerra que no tendré forma de ganar. No importa qué haga, mi cuerpo seguirá su ritmo natural, o lo acepto y lo amo o lo sufro. Adivinen mi elección….

    4) Ay que exagerada, ay que dramática, para esos son los avances, para aprovecharlos, ay nada qué ver, es sólo un piquete en el entrecejo que ni se nota. Ese es el tema, no se nota la primera vez, es más, puede no notarse los primeros 2 años, pero ¿cómo creen que mujeres como Lucía Méndez, Verónica Castro, Goldie Hawn, Melanie Griffith, Janice Dickinson, Nicole Kidman (quién rectificó y ahora es anti botox), Meg Ryan, Renee Zellweger, Carla Bruni, Fergie, Courtney Cox, Pamela Anderson, Lindsey Lohan, Priscilla Presley, Lara Flynn Boyle, etc se han deformado la cara? ¿A poco creen que ellas dijeron Doc, déjeme como máscara de aquí a 5 años? Claro qué no, buscaban la belleza que creían tenían que conservar a toda costa y más ¡PUM! la percepción de sí mismas se fue transformando tan poco a poco que no se dieron cuenta hasta que la cara cambió radicalmente y ahora son anuncios vivientes contra el botox (claro, sin querer serlo) ¿Quiero eso para mí? Definitivamente no. ¿Quiero pelearme siempre con mis arrugas y sentirme perseguida por los años?, tampoco.

     5) Bueno, pero es que yo voy con un doctor buenísimo que me pone la cantidad exacta y es súper cuidadoso. ¡Aaaaaaaah qué bueno!, entonces qué tranquilidad, porque seguramente todas esas artistas no tenían la lana para pagarle a un doctor mejor que el tuyo, seguro ellas fueron con el más chafa del mundo. ¡Pues claro qué no!. Seguramente fueron con el mejor doctor que su presupuesto pudo pagar, y créanme, su presupuesto debe ser mayor que el de las mujeres a mí alrededor. Si mujeres tan bellas, con tanta lana como para ir con los mejores especialistas estéticos han quedado así, ¿cómo quedaremos las demás en 5 años? Hay que ver a futuro, no sólo hay qué fijarnos en la ansiedad presente. Lamentablemente nuestra generación en 5 años comenzará a ser una fiesta de máscaras, y si alrededor de los 40 empezamos con esas cosas, ¿qué haremos cuando lleguemos a los 50? Oh sí, a los 50, llegaremos a esa edad y entonces ya nos estiramos la piel de plano con cuchillo; ya para que les digo a los 60, se me van a aventar de un puente. Lo que quiero repetir es que es una batalla contra la naturaleza, es como si una niña de 12 años hiciera todo lo posible para evitar que le salgan boobies, que le baje, que se le estilice el cuerpo. La trasformación corporal es un proceso y cada vez que intervenimos con ese proceso lastimamos nuestro cuerpo como las chinas a las que les vendaban los pies para que nos les crecieran porque así eran “bellos”. Nos lastimamos y desvalorizamos para alcanzar estándares de belleza impuestos por la absurda búsqueda de la fuente de la eterna juventud. Si se van a poner botox las invito a que inmovilicen un brazo durante el mismo tiempo que dure el efecto en la cara, eso es lo que hacen con su músculo, lo atrofian, y para mí eso sería lastimarme.

    6) Cada edad su proceso, su imagen y su valor, para mi querer aparentar a los 40 un cutis de 20 es como cuando disfrazan a las niñas de 8 años de mujeres para competir en certámenes de belleza, me parece lo mismo…..pero al revés. Ay qué cansado estar todo el tiempo peleando con lo que una tiene, de chiquita quiero ser grande y de grande quiero parecer chiquita. ¿Todo para qué? ¿Para gustarse a una misma, para despertar envidias femeninas o para gustarles a los hombres? Si es para gustarse a sí mismas no se cumple mucho el objetivo porque siempre vendrá una marca, una arruga más que no nos gustará; si es para despertar envidias femeninas peor, nos convertimos en cómplices de una imposición que nos lastima a todas y que todas quisiéramos que dejará de ser importante; y si es para gustarles a los hombres, a ellos les gustamos con la actitud y la inteligencia. Ya lo decía un anuncio “Es más fácil gustarle a un hombre que a un espejo”.

     7) ¿Entonces qué, nos fregamos? me preguntó alguien el otro día. NOOOOOO, no hay por qué fregarnos, eso es justo lo que tenemos que modificar en la mente y en el corazón. Representar la edad que tengo no es fregarme, es estar contenta con quién soy. Claro, no me descuido, cuido mi alimentación, lo cual se refleja sin duda en mi cutis, me cuido con protector solar diario, no me asoleo la cara en la playa y busco apoyos alternativos para mantener mi cara de forma natural. Tampoco es cosa de ser fodonga, hay que valorarse y cuidarse en función de ese valor, pero cuidarse para mí  no significa evitar sino mantener en la mejor expresión la edad que voy acumulando. Les dejo este link con unos masajes faciales, hay muchos más que ayudan a fortalecer los músculos de la cara (busquen en Youtube video de yoga facial) http://www.thebeautyeffect.com/tutoriales/masajes-de-chizu-saeki/ Y sí, es algo que debe hacerse diario. Si les parece difícil hacerlos diario y prefieren el botox está bien, yo pongo la ayuda, la decisión es de cada una. Sin embargo, aparte del cuidado, lo más importante de todo es que no me importa que me salgan arrugas, veo las marcas nuevas y me voy dando cuenta de mi evolución como persona, la sabiduría viene acompañada de canas, qué así sea. Veo mujeres espectaculares con todas sus arrugas puestas y las comparo con las de su edad botoxeadas y sin duda prefiero el look de las primeras. Vean a Connie Britton, protagonista de Nashville, Penélope Cruz, Andie MacDowell, Kate Winslet, Rachel Weisz, Emma Thompson, Drew Barrymore, y a muchas más arrepentidas después de haberlo usado. La seguridad es el mayor símbolo de belleza que podemos tener, la belleza siempre ha sido y será una actitud.
   
   8) Además, aunque quisiera no podría ponerme botox jamás, justamente hablando de este tema hice un pacto de baba con mis amigas del alma, las Chulas: Ximena, Roberta y Laura. Ese no puedo romperlo así que tal vez en unos años nos identifiquen a las 4 porque seremos las que tengan arrugas y se rían a carcajadas. Lo bueno es que no estaremos solas, publiqué el pacto de baba de nunca ponernos botox y varias amigas más se unieron. Ahora es un pacto femenino de respetar nuestro cuerpo en lo personal mientras que nos mantenemos alejadas de todo aquellos que hace sentir mal a todas las mujeres por ser como somos, mujeres madurando en todos los sentidos, incluido el cuerpo