Antes de que mis ideas empiecen a
correr, quiero pedir una disculpa a aquellas personas que amablemente buscan mi
blog cada mes. Gracias por sus comentarios y espera, me motiva a seguir
escribiendo mis “forevereadas”.
Vayamos al punto. Como siempre,
este es mi muy personal mío de mí punto de vista. Respeto a quienes piensan
diferente, sólo expreso mi opinión sobre el sensible tema ¡BOTOX!
Cada vez escucho más y más voces
femeninas a mi alrededor mencionado la idea de ponerse, ponerNOS o que se han
puesto botox para eliminar, disminuir o ¿prevenir? arrugas, mi respuesta siempre
es la misma, no pienso ponerme botox en la cara así tenga 60 años de edad por
varias razones:
1) Me
ha costado mucho trabajo, emociones y demás aprender a quererme tal como soy y
sentirme bonita. Cada vez las mujeres estamos más “exigidas” a cubrir cánones de belleza que no
hacen felices a nadie. Cánones de mujeres que ni siquiera existen en la
realidad. Nos comparamos respecto al ideal de belleza con modelos, actrices y
figuras públicas que son photoshopeadas que da gusto, para después ser
exhibidas en el antes y después del photoshop que sólo pone de manifiesto su
realidad como mujeres de carne y hueso que son satanizadas si lo muestran en
público (Ufff, ¡qué agotador debe ser!). ¿Qué se supone? ¿Qué después de los 20
años tengo que sentirme mal siempre sobre mi físico y estar el resto de mi vida
simulando que el tiempo no pasa por mi cuerpo, incluida mi cara?
2) El
tiempo sí pasa por mí, y así como deja arrugas, canas, estrías, celulitis y
flacidez, también ha dejado la madurez emocional y mental para amarme tal como
soy, para no avergonzarme de mí por no ser “perfecta”. Cada señal que ha
quedado en mi cuerpo, cada marca en mi cara me hace estar orgullosa de quién
soy y quién he sido, no necesito esconderlo. Eso es algo que sí podemos hacer
todas las mujeres, aprender a gustarnos y a querernos para no caer en la
tentación que la industria cosmética nos pone todos los días ofreciendo
espejitos de juventud. No hay nada, pero NADA que dicha industria pueda hacer
para evitar que mi piel envejezca más que aprovecharse de mis traumas e
inseguridades para convencerme de que debo inyectarme una sustancia que
inmovilizará o extenderá mi rostro en contra de la naturaleza.
3) La
bronca será cuando una vez enganchada en mi inseguridad de el primer paso y por
fin me ponga botox o cualquier otra sustancia inyectada, embarrada, mezclada
con mi sangre o tomada. Una vez dado el primer paso esa zona estará tensa por
un tiempo, pero el reloj seguirá su curso, Tic-Tac-Tic-Tac, entonces empezaré a
fijarme en otras zonas que también están transitando por el natural paso del
tiempo y ¡PUM! otro pinchazo ya van dos zonas. Pero lo peor lo peor lo peor es
cuando deje de tener conciencia de mi misma y empiece a reconocerme en el gesto
semi inmóvil, entonces comenzaré a perder perspectiva de mi imagen y ¡PUM, PUM,
PUM! pinchazos por donde sea. Revisando siempre una nueva arruga, una nueva
marca; en fin, enganchada en una guerra que no tendré forma de ganar. No
importa qué haga, mi cuerpo seguirá su ritmo natural, o lo acepto y lo amo o lo
sufro. Adivinen mi elección….
4) Ay que exagerada, ay que dramática, para
esos son los avances, para aprovecharlos, ay nada qué ver, es sólo un piquete
en el entrecejo que ni se nota. Ese es el tema, no se nota la primera vez,
es más, puede no notarse los primeros 2 años, pero ¿cómo creen que mujeres como
Lucía Méndez, Verónica Castro, Goldie Hawn, Melanie Griffith, Janice Dickinson,
Nicole Kidman (quién rectificó y ahora es anti botox), Meg Ryan, Renee Zellweger,
Carla Bruni, Fergie, Courtney Cox, Pamela Anderson, Lindsey Lohan, Priscilla
Presley, Lara Flynn Boyle, etc se han deformado la cara? ¿A poco creen que ellas
dijeron Doc, déjeme como máscara de aquí
a 5 años? Claro qué no, buscaban la belleza que creían tenían que conservar
a toda costa y más ¡PUM! la percepción de sí mismas se fue transformando tan
poco a poco que no se dieron cuenta hasta que la cara cambió radicalmente y
ahora son anuncios vivientes contra el botox (claro, sin querer serlo) ¿Quiero
eso para mí? Definitivamente no. ¿Quiero pelearme siempre con mis arrugas y
sentirme perseguida por los años?, tampoco.
5) Bueno,
pero es que yo voy con un doctor buenísimo que me pone la cantidad exacta y es
súper cuidadoso. ¡Aaaaaaaah qué bueno!, entonces qué tranquilidad, porque
seguramente todas esas artistas no tenían la lana para pagarle a un doctor
mejor que el tuyo, seguro ellas fueron con el más chafa del mundo. ¡Pues claro qué no!. Seguramente fueron
con el mejor doctor que su presupuesto pudo pagar, y créanme, su presupuesto debe
ser mayor que el de las mujeres a mí alrededor. Si mujeres tan bellas, con
tanta lana como para ir con los mejores especialistas estéticos han quedado
así, ¿cómo quedaremos las demás en 5 años? Hay que ver a futuro, no sólo hay
qué fijarnos en la ansiedad presente. Lamentablemente nuestra generación en 5
años comenzará a ser una fiesta de máscaras, y si alrededor de los 40 empezamos
con esas cosas, ¿qué haremos cuando lleguemos a los 50? Oh sí, a los 50,
llegaremos a esa edad y entonces ya nos estiramos la piel de plano con cuchillo;
ya para que les digo a los 60, se me van a aventar de un puente. Lo que quiero repetir
es que es una batalla contra la naturaleza, es como si una niña de 12 años
hiciera todo lo posible para evitar que le salgan boobies, que le baje, que se
le estilice el cuerpo. La trasformación corporal es un proceso y cada vez que
intervenimos con ese proceso lastimamos nuestro cuerpo como las chinas a las
que les vendaban los pies para que nos les crecieran porque así eran “bellos”.
Nos lastimamos y desvalorizamos para alcanzar estándares de belleza impuestos
por la absurda búsqueda de la fuente de la eterna juventud. Si se van a poner
botox las invito a que inmovilicen un brazo durante el mismo tiempo que dure el
efecto en la cara, eso es lo que hacen con su músculo, lo atrofian, y para mí
eso sería lastimarme.
6) Cada
edad su proceso, su imagen y su valor, para mi querer aparentar a los 40 un
cutis de 20 es como cuando disfrazan a las niñas de 8 años de mujeres para
competir en certámenes de belleza, me parece lo mismo…..pero al revés. Ay qué
cansado estar todo el tiempo peleando con lo que una tiene, de chiquita quiero
ser grande y de grande quiero parecer chiquita. ¿Todo para qué? ¿Para gustarse
a una misma, para despertar envidias femeninas o para gustarles a los hombres?
Si es para gustarse a sí mismas no se cumple mucho el objetivo porque siempre
vendrá una marca, una arruga más que no nos gustará; si es para despertar
envidias femeninas peor, nos convertimos en cómplices de una imposición que nos
lastima a todas y que todas quisiéramos que dejará de ser importante; y si es
para gustarles a los hombres, a ellos les gustamos con la actitud y la
inteligencia. Ya lo decía un anuncio “Es más fácil gustarle a un hombre que a
un espejo”.
7) ¿Entonces qué, nos fregamos? me preguntó
alguien el otro día. NOOOOOO, no hay por qué fregarnos, eso es justo lo que
tenemos que modificar en la mente y en el corazón. Representar la edad que
tengo no es fregarme, es estar contenta con quién soy. Claro, no me descuido, cuido
mi alimentación, lo cual se refleja sin duda en mi cutis, me cuido con
protector solar diario, no me asoleo la cara en la playa y busco apoyos
alternativos para mantener mi cara de forma natural. Tampoco es cosa de ser
fodonga, hay que valorarse y cuidarse en función de ese valor, pero cuidarse
para mí no significa evitar sino
mantener en la mejor expresión la edad que voy acumulando. Les dejo este link
con unos masajes faciales, hay muchos más que ayudan a fortalecer los músculos
de la cara (busquen en Youtube video de yoga facial) http://www.thebeautyeffect.com/tutoriales/masajes-de-chizu-saeki/
Y sí, es algo que debe hacerse diario. Si les parece difícil hacerlos diario y
prefieren el botox está bien, yo pongo la ayuda, la decisión es de cada una. Sin
embargo, aparte del cuidado, lo más importante de todo es que no me importa que
me salgan arrugas, veo las marcas nuevas y me voy dando cuenta de mi evolución
como persona, la sabiduría viene acompañada de canas, qué así sea. Veo mujeres
espectaculares con todas sus arrugas puestas y las comparo con las de su edad
botoxeadas y sin duda prefiero el look de las primeras. Vean a Connie Britton,
protagonista de Nashville, Penélope Cruz, Andie MacDowell, Kate
Winslet, Rachel Weisz, Emma Thompson, Drew Barrymore, y a muchas más
arrepentidas después de haberlo usado. La seguridad es el mayor símbolo de
belleza que podemos tener, la belleza siempre ha sido y será una actitud.
8) Además,
aunque quisiera no podría ponerme botox jamás, justamente hablando de este tema
hice un pacto de baba con mis amigas del alma, las Chulas: Ximena, Roberta y
Laura. Ese no puedo romperlo así que tal vez en unos años nos identifiquen a
las 4 porque seremos las que tengan arrugas y se rían a carcajadas. Lo bueno es
que no estaremos solas, publiqué el pacto de baba de nunca ponernos botox y
varias amigas más se unieron. Ahora es un pacto femenino de respetar nuestro
cuerpo en lo personal mientras que nos mantenemos alejadas de todo aquellos que
hace sentir mal a todas las mujeres por ser como somos, mujeres madurando en
todos los sentidos, incluido el cuerpo